Publicada el: 26/01/2015
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Miralvalle
Hay derrotas que te dejan una sonrisa; aquellas que reconocen el esfuerzo y el pundonor de este grupo tan grande. También debemos destacar el reencuentro con la competición, no anecdótico, de Cris Mendoza.
La diferencia en el marcador final hoy no refleja el denuedo de nuestras chicas frente a un Miralvalle, líder invicto de la competición, que juega por otros objetivos. Debido a la plaga de bajas, sólo siete guerreras castrenses se pudieron plantar frente a las placentinas en la tarde dominical durante el encuentro disputado en el Pabellón del Colegio Nazaret. Siete, cierto, pero lucharon como mil. Para que todos seamos conscientes del ahínco y la mejora experimentada por las gladiadoras de Coach Polo, han conseguido anotar casi el doble de puntos, y recibir veintisiete menos, respecto al partido celebrado en Plasencia hace apenas dos meses. A pasos de gigantes.
Si bien no comenzó Castra Servilia con acierto de cara al aro, sí conseguía llegar hasta campo delantero con habilidad para finalizar los ataques, en numerosas ocasiones con buenos lanzamientos, no acompañados de suerte, pero bien ejecutados. La presión rival tan característica, aunque obviamente cobró pérdidas en primera línea, se mostró más vulnerable gracias al aprendizaje y al trabajo semanal de nuestras chicas; una labor coral de las cinco jugadoras en pista para lograr superar la intimidación es el camino más adecuado, como nos enseñaron. Sin embargo enfrente, Miralvalle, un oponente mucho más acertado tomaba distancia en el luminoso con rápidos parciales de anotación, mientras no caían los puntos a favor de los intereses castrenses. Sólo Amaya y Cris, en el primer cuarto, y Ade y Nieves, en el segundo, lograron conquistar la red visitante. Las constantes rotaciones ordenadas desde el banco local intentaban paliar la falta de aire y dar energía a unas piernas cada vez más cansadas. 10:36 al finalizar la primera mitad.
El paso por banquillos trajo algo más de precisión a las miras castrenses, y apoyadas en la confianza defensiva, con una encomiable actividad y fe en el trabajo colectivo, cada una de nuestras jugadoras sumaba para no perder la cara al partido. El tercer y cuarto periodo vivieron los mejores momentos de juego. Con mejores decisiones, encontrando el espaciado correcto y mayor dinamismo ofensivo, anotamos diez y once puntos en cada parcial. Las penetraciones de Nieves, la valentía de Ade, la templanza de Cris, el tesón competitivo de Amaya. Carmen añadía a su presencia defensiva, también puntos al marcador; un formidable trabajo. Ahora queremos acentuar, sin menoscabar al resto, el sacrificio y empeño de Sara y Elena Rocamora, quienes exhiben una actitud elogiable, a pesar de todas las dificultades. Sólo queda recuperar a las ausentes para que la alegría sea completa.
Amplia derrota. No obstante, el objetivo no era competir en la hoja de tanteo; más en mejorar, en compartir la responsabilidad y en entregar el esfuerzo generoso que identifica a los buenos equipos. Y aquí sí, el resultado es sobresaliente; sin lugar a dudas. Chicas, gracias. Muchas gracias porque sois el fiel símbolo de la familia Castra Servilia.
Castra Servilia, 31 (4+6+10+11): Nieves Jiménez (9), Sara Arroyo (0), Ade Egido (6), Carmen Mestre (4), Amaya Francisco (8) – Cris Mendoza (4), Elena Rocamora (0).
Plasencia-Miralvalle, 75 (19+17+22+17): A. Sánchez (13), A. Fernández (8), C. Martín (7), S. Sánchez (4), S. Romero (6) – E. Villar (16), B. Vicente (2), M. Solano (6), C. Monroy (13).
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