La red de volley -Capítulo 5- - Castra Servilia - Club Deportivo

Publicada el: 29/02/2012
Narrativa , Escritura , La red de Volley , Narrativa Hipertextual , Capítulo 5

 

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CAPÍTULO 5

¿VOLLEY?

 

Como siempre que estaba nerviosa, no podía permanecer sentada. Deambulaba… del portátil al frigo, del frigo a la ventana, de la ventana al dormitorio… y vuelta a empezar. Conocía su mecanismo de actuación; ahora le sobrevendría un repentino ataque de calor.

 

El mensaje no podía estar más claro, e incluso si quedaba alguna duda, la imagen descartaba cualquiera. Tomás pretendía uniformarlas con un body de lycra, completamente ceñido y sin espacio para la ropa interior. Por comodidad”, argumentaba. Aquello no era deporte; sería vender morbo gratuito -ya la modelo fingía más cara de golfa que de actriz-. Razonaba que es una práctica muy extendida entre la especialidad de playa, que había incrementado exponencialmente las audiencias y que les permitiría ser más populares -el colmo: jugar por la popularidad-. Os veréis bonitas”, terminaba el correo.

 

Con una mezcla de mala hostia y decepción, se metió en la ducha. Intentaría verse con él; cara a cara.

 ...

 

- Cálmate, Lucía. 

-Usted pretende subastarnos como carnaza, y no estamos dispuestas a exhibirnos –aventuró, aun desconociendo la opinión del grupo-. ¿Quiénes irían, cuatro viejos verdes?

-¿Cuántos van ahora? –cuestionó Tomás con cierta sorna, y en una retahíla-. ¿Alguien más ha apostado por vosotras? ¿Alguien más aporta ideas? ¿Has cerrado ya el presupuesto de gastos? ¿De qué manera vais a pagar la inscripción a la Federación?

 

Un silencio incómodo, miradas directas que buscan apagar la resistencia como tanteando la huella del discurso: quien agacha la cabeza, pierde.

 

-Debes entender que busco garantizar el retorno del patrocinio -y con voz ahora calmada, continuó-. Sospecharás que no somos una ONG, y tres mil euros, no se pierden todos los días.

- Y cómo propone recuperar el dinero –y ella cada vez más alterada-. ¿¡De las entradas!? Porque no lo entiendo; es absurdo.

- Tengo amigos.

- ¡Ja! ¿Y nosotras iríamos de chicas de compañía, enseñando cacha?

- Lucía, estoy de tu parte. Pero creo que tu actitud… deja mucho que desear. Te confundes.

 …

De regreso en casa, y todavía de malhumor, deseó hablar con Fran, pero desconectó el móvil; necesitaba aislarse para decidir. Tomás le había concedido sólo treinta y seis horas para responder a la propuesta. Aunque le pesaba darle la razón, sabía perfectamente que todas las puertas a las cuales llamó en verano, se cerraron sin ni siquiera concederle la oportunidad de escucharla. Era cierto que en las condiciones actuales los patrocinadores brillaban por la ausencia, y menos, por esa cantidad de dinero. Probablemente –reflexionó-, dentro del equipo, Anselma y Goyi se opondrán, sea cual sea la opción, y podrían crear malestar en el resto, hasta tal punto de convencer a Lupe, María y Alex.

 Quizás las demás estuviesen con ella… Quizás.

 

Al día siguiente estaba programado un entrenamiento muy físico, sin balón ni diversión. La fecha de inicio del calendario se acercaba y necesitarían la estabilidad de los fondos; seguro.

 



 



 

 

¿Qué resuelven queridos lectores?

 

A) Hace de tripas corazón, se traga los principios y acepta la vestimenta

B) Rechaza la propuesta y declara en el vestuario que al patrocinador ya no le interesa el equipo

 


 

 

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